Las altas temperaturas pueden provocar enfermedades de calor, deshidratación e incluso la muerte si no se trata adecuadamente. También exacerba problemas de salud existentes como asma, insuficiencia renal y enfermedades cardíacas.
El estrés por calor y la deshidratación crónica causan daño renal permanente. En regiones con protección contra el calor (California), la enfermedad renal disminuye drásticamente.
Debido a las altas temperaturas, y por estar expuestos al calor sin acceso al agua, sombra y descanso, algunos campesinos han muerto, mientras trabajaban para alimentarnos.
Debido al cambio climático, las temperaturas pueden alcanzar cifras récord en octubre y noviembre, no sólo en los meses de verano.
Se prevé que esta amenaza se intensifique con el calentamiento global; sin embargo, Estados Unidos no tiene un estándar federal de estrés por calor para los trabajadores.